Conocer las oportunidades y las amenazas
El objetivo de la mayoría de los esfuerzos de implementación estratégica es explotar las oportunidades, hacer frente a las amenazas o ambas cosas. En el caso de las oportunidades, la ventaja es que puedes elegir las que vas a aprovechar. Las amenazas, sin embargo, pueden venir impuestas desde fuera.
¿Dónde hay que buscar para identificar oportunidades y amenazas? Las fuentes más importantes incluyen el sector (para productos sustitutivos o tecnologías perjudiciales), los competidores (para evaluar sus fortalezas y debilidades), el entorno general (para eventos y tendencias económicas, sociales, políticas o tecnológicas), y el entorno específico de la organización (para cambios en las características del mercado). En particular, hay que prestar atención al feedback y a las preguntas de los clientes.
Normalmente, para la empresa es mejor ser la primera en reconocer y explotar nuevos desarrollos aplicables.
Al ser el primero tienes la ventaja de contar con más experiencia, más relevancia y reconocimiento que los que entran después. Por otra parte, algunas veces las ventajas revierten en los seguidores que aprenden a través de la observación y, por lo general, invierten mucho menos que los líderes.
Es muy importante analizar cómo explotar las oportunidades identificadas. ¿Qué recursos y competencias van a ser necesarios? ¿Los tiene? Si no es así, ¿cómo podría conseguirlos? ¿Hay un marco de tiempo limitado para aprovechar la oportunidad? ¿Cuáles son los posibles riesgos? ¿Cómo puede minimizarlos? ¿Hay riesgos que se puede permitir asumir? ¿Se puede arriesgar a no hacer nada?
También hay que considerar la posibilidad de crear oportunidades adicionales a través de objetivos ambiciosos o estrategias agresivas, en las que se pueda pensar lo impensable y después intentar conseguir los resultados deseados. Considere, por ejemplo, qué tendría que hacer para cumplir todas sus promesas o para convertirse en el mayor proveedor de sus clientes más importantes. ¿Cómo puede llegar hasta allí o al menos avanzar en esa dirección?
Las amenazas son condiciones externas al entorno de la empresa que pueden tener consecuencias potencialmente negativas. Ejemplos de amenazas son cambios en los gustos o necesidades de los consumidores, desarrollo de productos sustitutivos, mano de obra inadecuadamente preparada o materias primas inadecuadas, nuevas regulaciones del gobierno y litigios potenciales.
Es preciso evaluar las amenazas continuamente. ¿Cuál es la probabilidad de que se materialicen? ¿Con qué plazo? ¿Cuál sería su impacto potencial en caso de que se materialicen?
¿Cómo lo podría reducir? ¿En qué caso se tendría que preparar inmediatamente?
Aquí tiene tres consejos que le pueden ayudar a gestionar sus oportunidades y amenazas:
- Identificar y explotar las oportunidades: Constituye la esenia del éxito. Reconocer ampliamente a los empleados que encuentran formas de innovar. Apostar por nuevos productos y rrvicios; algunos darán beneficios, pero hay que estar preparado para perder toda la inversión realizada en productos que fracasen.
- No ignorar las amenazas: Esta actitud podría conducir al fracaso. Hay que estar muy atento para identificar y responder i las amenazas potenciales a las que se enfrente la empresa. En t aso contrario, los resultados podrían ser devastadores.
- Tomarse el tiempo necesario para pensar lo impensable, por lo que se refiere a la empresa y a sus productos: Este ejercicio contribuirá a intensificar su reflexión y a descubrir oportunidades valiosas.
«No se puede saber demasiado de los clientes ni de los competidores.»
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Categoría: Plan de Negocio.
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