Mejore continuamente su sistema
Uno de los mayores misterios del mundo es la razón por la que algunas personas encargadas de tomar decisiones son totalmente inconscientes de que su sistema de gestión del rendimiento no funciona mientras que todos los demás (directivos y empleados) reconocen que el sistema no tiene ningún valor. Cuando por fin los que toman las decisiones se deciden a mejorar el sistema, se limitan a coger el antiguo y hacerle algún cambio superficial. ¿Quién paga las consecuencias? Todos.
A lo mejor usted no tiene la capacidad de mejorar el sistema general de la empresa, pero sí puede controlar esos elementos que determinan si la gestión de la productividad fracasará o prosperará. La manera de mejorar el sistema de la empresa, la manera de comunicarse con sus empleados y la filosofia de gestión general son sólo algunos de los factores que usted puede controlar. Pero además tendrá que evaluar conscientemente su sistema de gestión del rendimiento para hacer un diagnóstico y dar con las soluciones para mejorarlo.
¿Por dónde empezar? Primero, identifique qué quiere que haga el sistema. ¿Cuáles son sus objetivos principales? Después, averigüe si estos objetivos están alcanzándose o no. Si el sistema de gestión del rendimiento funciona «por debajo de sus capacidades», estudie las causas. Después, intente resolver el problema aplicando el mismo proceso para evaluar y mejorar el sistema que utiliza para evaluar y mejorar el rendimiento individual.
Para responder a estas preguntas tendrá que comprometer a sus empleados en el proceso de evaluación y mejora, incluso es interesante que hable con su jefe y con el personal de recursos humanos para averiguar qué sienten ellos sobre el éxito del proceso y cómo podría mejorarse.
Si es posible, recoja información antes y después del proceso para analizar si los cambios que ha implementado están funcionando. Por ejemplo, en el caso de que modifique la frecuencia con la que se comunica con sus empleados, le interesará controlar si alguna función particular mejora (por ejemplo, menos errores, menos días de baja por enfermedad).
Tres consejos para la mejora continua:
- Evalúe el sistema anualmente: Pida a los empleados que evalúen el proceso cada año, como parte del proceso de gestión del rendimiento. ¿Está funcionando? ¿Les ayuda a realizar un mejor trabajo? ¿Qué cambios podrían ayudarles a mejorar?
- Reconozca las diferentes perspectivas: Empleados, directivos, altos ejecutivos, personal de recursos humanos, todos tienen una perspectiva diferente sobre el éxito o fracaso del sistema. Muchas veces son puntos de vista opuestos. Puede ocurrir que para unos el sistema funcione a la perfección y para otros sea un completo desastre.
- Aspire a pequeñas mejoras: Mejore su sistema poco a poco sobre todo si no lo controla en su totalidad. Las pequeñas mejoras animan a la gente y enseguida se consiguen resultados superiores.
«Un pobre sistema de gestión del rendimiento socava la credibilidad de la dirección.»
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Categoría: Cómo mejorar el Rendimiento.
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