Las claves para comenzar con un equipo de trabajo


  • Lance su equipo con una reunión de todo el equipo. Tiene que estar todo el mundo, incluido el esponsor. Durante la reunión explique el estatuto. Resalte la importancia de los objetivos del equipo y de cómo se ajustan a las perspectivas de la organización.
  • Acuerde cómo se tomarán las decisiones. De este modo po­drá ahorrar tiempo muy valioso durante la vida del equipo y si la gente percibe que el proceso de decisión es justo, aceptará mucho mejor las decisiones que se tomen.
  • En la fase de organización y planificación, empiece por ob­jetivos claros y específicos. Luego descomponga estos obje­tivos en tareas y subtareas factibles. Estime un tiempo de realización de estas gestiones y asígneselas a los individuos más capacitados para hacer el trabajo.
  • A medida que vaya planificando, identifique todos los cue­llos de botella que pueden provocar que se tuerza su plan y piense cómo puede solucionarlos o eliminarlos.
  • Siempre tiene que saber qué aspecto tendrá el éxito. Des­pués tendrá que diseñar unas cuantas medidas de rendi­miento que puedan ayudarle a representar el progreso del equipo.
  • Utilice un presupuesto para controlar las actividades. Ase­gúrese desde un principio de que el esponsor haya previsto un presupuesto adecuado para la tarea. Si el presupuesto es demasiado bajo, puede que tenga que negociar con el es­ponsor para que marque objetivos menos exigentes.
  • Los mecanismos integradores permiten transformar un gru­po de individuos en un equipo de verdad. Las reuniones ce­lebradas con regularidad, las comunicaciones, la disposición física y los eventos sociales son mecanismos que se pueden
  • utilizar para la identificación del equipo, cohesión del gru­po y la colaboración.
  • A ser posible, disponga físicamente a los individuos cerca unos de otros; de este modo creará oportunidades para la interacción y colaboración. De un paso más: facilite una sala al equipo en la que puedan reunirse, presentar proyec­tos, informes de investigación y compartir ideas.
  • Podrá suavizar incompatibilidades y sacar el máximo partido de las diferencias personales creando normas de comporta­miento y consiguiendo su aceptación. Asistir a las reuniones puntualmente, completar el trabajo dentro del plazo, ayu­dar a los compañeros de equipo cuando necesiten apoyo, las críticas constructivas y el respeto por los diferentes puntos de vista, son ejemplos de normas de comportamiento posi­tivas.

 

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Categoría: Cómo Crear Equipos Efectivos.





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