Alinearse con la estrategia
Ha puesto a las personas adecuadas en los puestos de trabajo adecuados y ha comunicado sus planes para que todo el mundo los conozca y apoye. Ahora, además, tiene que dedicar un tiempo a alinear, deliberadamente, la estructura, los sistemas y la cultura de la empresa con su estrategia. Sin este esfuerzo, el éxito es muy improbable.
Empiece por la estructura organizacional. Las estructuras se suelen describir mediante gráficos que muestran las posiciones directivas, las líneas de autoridad y las responsabilidades de reporting. Las estructuras tradicionales son jerárquicas, con varios niveles, y la mayoría utiliza alguna variación de una estructura organizacional funcional para aumentar la eficiencia mediante prácticas estandarizadas, permitiendo la especialización de los empleados y centralizando el proceso de decisión. A medida que la empresa va creciendo, puede desarrollar otras cuestiones de organización, como productos, mercados o geografía.
Es muy importante asegurarse de que la estructura se ajuste a los objetivos centrales de la estrategia. Que permita una resolución razonable de conflictos así como la implementación de controles internos muy rígidos para definir políticas y objetivos, informar de los resultados e informar a los máximos directivos. Delegar sin los controles efectivos equivale a la abdicación.
Además hay que alinear los sistemas de la organización con la estrategia. Es importante que cada sistema esté estructurado para apoyar las metas y los objetivos de la estrategia. Los sistemas más importantes incluyen:
- Sistemas de comunicación.
- Sistemas de gestión de la información.
- Sistemas de planificación y presupuestos.
- Sistemas de gestión de recursos humanos.
Es importante prestar una atención especial a los sistemas de recursos humanos, teniendo en cuenta la importancia estratégica de los empleados. Los elementos más importantes de los sistemas de gestión de recursos humanos incluyen:
- Selección y colocación.
- Desarrollo y formación.
- Valoración y evaluación del rendimiento.
- Compensación, con especial énfasis en los incentivos.
Por último, hay que alinear la cultura de la empresa con los nuevos planes estratégicos de la misma. Las culturas positivas que valoran el rendimiento y tienen como objetivo la satisfacción de los consumidores contribuirán al éxito de las nuevas iniciativas estratégicas. Las culturas que provocan divisiones y se concentran en proteger la posición o los intereses de los directivos o de los empleados dificultarán el éxito de las nuevas estrategias.
La cultura tiene que abrazar atributos importantes esenciales para implementar la estrategia con éxito. Por ejemplo, una estrategia de diferenciación que dé prioridad al servicio al cliente tiene que estar respaldada por una cultura que valore la atención y la respuesta a las necesidades de los clientes.
Estos son tres consejos útiles para conseguir la alineación:
- Dejar que la estructura beneficie a la estrategia: La estructura de la organización debe facilitar, no inhibir, el esfuerzo de implementación estratégica. La estructura tiene que apoyar la estrategia, no al revés.
- Fomentar la alineación de los sistemas mediante presupuestos e incentivos: Utilizar los presupuestos para gestionar y controlar fondos y dar prioridad a las inversiones que apoyen a la estrategia. La vinculación de incentivos a iniciativas clave resulta una técnica muy útil para conseguir la alineación.
- Ser consciente de que la cultura de la empresa es importante: La cultura de la organización condiciona la respuesta de sus miembros a los desafios que se presentan. Los miembros de una cultura basada en el rendimiento rápidamente aúnan esfuerzos y encuentran la manera de apoyar cualquier iniciativa estratégica nueva.
«Los sistemas están perfectamente diseñados para producir los resultados que está obteniendo. Si quiere resultados diferentes, probablemente tendrá que cambiar los sistemas.»
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Categoría: Plan de Negocio.
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